The Thing That Should Not Be: Deicide- In Torment in Hell

Deicide es una banda que genera pensamientos bastantes diversos. Desde principios de los 90, la figura de Glen Benton ha generado bastante polémica. Desde clamar su satanismo a todo el mundo, decir que se suicidaría a los 33 años hasta la supuesta tortura de animales, siempre estaba en la primera plana de la prensa metalera... ahora bien, mientras estaba en su peak de hablar tonteras y vender un personaje, había algo que podía hacer que esto no fuera tan importante, y me refiero a la calidad de Deicide. Para mí, hasta el Once Upon the Cross (1995), eran una banda extraordinaria, destacando lo que hicieron en el increíble Deicide (1990)  lejos uno de los mejores discos death metal que se han hecho. Ya en Serpents of the Light bajó la calidad pero seguía siendo un disco muy bueno. Hasta acá, todo bien hasta que llegamos al disco Insineratehymn (2000)... aquí se cayeron feo... la otrora gran banda no llegaba ni a los talones de lo que habían logrado antes... una mala manera de comenzar el nuevo siglo, el comienzo del fin... al siguiente año sacaron otro disco que pudo ser el salvavidas o la lápida para la tumba... Yo creo que aquel que haya escuchado el disco que comentaré ya sabe la respuesta...

Según lo que he leído, durante esta época estaban con serios problemas con Roadrunner Records, lo que provocó que los discos se compusieran a la rápida para terminar luego el contrato con el sello. Eso me parece cuerdo y hasta entendible... ¡pero me importa una mierda! In Torment in Hell (2001) es todo lo que una banda con su trayectoria y que quería permanecer en la memoria de los bangers NO debía hacer: falta de fuerza, canciones fomes, mostrándose como una banda apagada, todo muy lejos de sus primeros registros... y lo peor es que es más malo que Insineratehymn... La producción está pasable, nada para volverse loco, es más, sus discos anteriores gozan de mejor sonido. Bueno, por algo fue grabado y mezclado en 4 días...

La voz de Benton era solo una voz gutural más, los riffs y solos de Eric y Brian Hoffman estaban muy por debajo de lo que habían mostrado alguna vez. Igualmente metían uno que otro riff decente como al principio de la canción Child of God pero tenían que cagarla metiendo inmediatamente otro riff pobre y fome, como en la misma canción. Steve Asheim toca correctamente pero tampoco nada del otro mundo, aunque creo que en este disco es el mejor lo hace.

Por estos años arremetieron con fuerza bandas como Nile y Hate Eternal, lo que debía motivar a las bandas más antiguas a dejar grandes trabajos para competir con estas agrupaciones y no pasar al olvido. Afortunadamente para Deicide, lo que hicieron antes fue tan bueno que pudieron permanecer en la memoria colectiva del metalero promedio, aunque si somos honestos, hay que admitir que solo son uno de los tantos grupos que viven del pasado...

El año 2004 volvieron con otro disco y por fin estando fuera de Roadrunner, estrenándose en el sello Earache (con tantos buenos lanzamientos como polémicas con sus bandas...). Scars of the Crucifix creo que es un buen disco, sin duda un paso hacia adelante en comparación a sus anteriores grabaciones pero que incluía cosas que no esperaría de Deicide, como algunos ritmos más saltarínes... de todas formas eso ya es otra historia... Después vino la salida de los hermanos Hoffman (incluyendo el pleito de ellos contra Benton) y sería todo con Deicide. De los discos posteriores solo he escuchado algunas canciones, estando algunas bien y otros no, pero nada comparable a sus discos más memorables. También hay que comentar que los Hoffman revivieron a Amon (la banda previa a Deicide) y solo he escuchado una canción de ellos, la que no me convenció mucho...

Por si no has escuchado el disco y quieres salir de dudas: